Murió D’Angelo, el brillante arquitecto del neo-soul
Resumen
D’Angelo, uno de los pilares del neo-soul, falleció a los 51 años tras una batalla privada contra el cáncer de páncreas, según confirmaron fuentes cercanas a la familia a la revista People. Nacido como Michael Eugene Archer en Richmond, Virginia, […]

D’Angelo, uno de los pilares del neo-soul, falleció a los 51 años tras una batalla privada contra el cáncer de páncreas, según confirmaron fuentes cercanas a la familia a la revista People. Nacido como Michael Eugene Archer en Richmond, Virginia, el músico dejó un legado que redefinió la música afroamericana contemporánea, combinando R&B, funk, jazz y soul en un estilo propio que influyó en generaciones enteras. Desde sus primeros años, la música formó parte de su vida: comenzó a tocar el piano a los tres años y a los cinco ya acompañaba a su padre en la iglesia pentecostal de la familia, mientras que más tarde exploró el instrumento en el templo de su abuelo. Junto a sus primos, formó grupos locales y a los 16 creó la banda Michael Archer and Precise con su hermano Luther, dando sus primeros pasos en escenarios de talento juvenil.
Su álbum debut Brown Sugar (1995) lo posicionó inmediatamente en la escena musical internacional. Con éxitos como “Brown Sugar” y “Lady”, el disco alcanzó el cuarto puesto en el Billboard Top R&B Albums y se convirtió en platino en menos de un año, además de recibir cuatro nominaciones al Grammy. Su segundo trabajo, Voodoo (2000), consolidó su estatus de ícono: encabezó las listas de R&B y Billboard 200, ganó el Grammy al Mejor Álbum de R&B y presentó canciones como “Untitled (How Does It Feel)”, reconocida con un Grammy al Mejor Vocalista Masculino de R&B. Más allá de la música, D’Angelo se convirtió en un símbolo cultural, admirado por su combinación de sensualidad, virtuosismo y profundidad artística.
A lo largo de su carrera, D’Angelo colaboró con artistas como Questlove, Common, Q-Tip, J Dilla, Lauryn Hill, Raphael Saadiq y Angie Stone, contribuyendo a una escena musical marcada por la innovación y la autenticidad. Sin embargo, también enfrentó desafíos personales y adicciones que marcaron su trayectoria: en 2005 fue arrestado por posesión de drogas y conducción bajo influencia, y poco después sufrió un accidente automovilístico que lo obligó a replantearse su vida y su arte. Tras años de altibajos y de un largo silencio discográfico, regresó con Black Messiah (2014), un álbum aclamado que se convirtió en un referente del neo-soul moderno y ganó el Grammy al Mejor Álbum de R&B. En 2024 colaboró con Jay-Z en “I Want You Forever” para la banda sonora de The Book of Clarence, confirmando que su creatividad seguía vigente hasta sus últimos meses.
D’Angelo no solo dejó canciones, sino un universo sonoro que combina virtuosismo instrumental, sensibilidad y compromiso artístico. Su música ha sido citada como inspiración por artistas contemporáneos como Frank Ocean, Solange y Anderson .Paak. Más allá de los premios y reconocimientos, su legado reside en la capacidad de transformar el soul, redefinir el R&B y mantener viva la esencia de la música afroamericana en un contexto contemporáneo. Su muerte marca el fin de una era, pero su influencia seguirá viva en todos los que escuchan sus melodías, su piano y su voz, que trascendieron géneros y generaciones.