Argentina, gracias a Milei, está metida en la guerra EE UU-China
Resumen
No es novedad que Donald Trump le declaró la guerra, por ahora comercial, a China, que con sus vaivenes -pone aranceles, reduce aranceles, incrementa aranceles- viene desarrollando desde el 20 de enero. Beijing, a todo esto, fue respondiendo con sus […]

No es novedad que Donald Trump le declaró la guerra, por ahora comercial, a China, que con sus vaivenes -pone aranceles, reduce aranceles, incrementa aranceles- viene desarrollando desde el 20 de enero. Beijing, a todo esto, fue respondiendo con sus tiempos pero cada vez más ímpetu. A tal punto que ahora el inquilino de la Casa Blanca se queja de que los chinos se pusieron “extremadamente agresivos”. Una de las batallas de esa guerra afecta especialmente a la Argentina, donde el gobierno de Javier Milei fue a pedir un nuevo salvavidas para que no terminara de hundirse su plan económico y el secretario del Tesoro, entre las condiciones para su “rescate”, reclamó “sacar a China” del país. El comunicado de la embajada china en Buenos Aires fue todo lo lapidario que ni Milei ni su ministro de economía osarían decir: “Scott Bessent y Estados Unidos deben entender que América Latina y el Caribe no es el patio trasero de nadie”.
En esa escalada comercial que está generando una crisis global a todo nivel, este viernes el Ministerio de Transporte de China anunció tarifas especiales a buques propiedad de operadores, propietarios, empresas, organizaciones o individuos estadounidenses en todos sus puertos. Estados Unidos había avisado que desde ese mismo martes impondría tasas adicionales a embarcaciones chinas.
Una minucia en el contexto de la ofensiva de Trump. Que no duda en acusar al gobierno de Xi Jinping por las movidas que ensaya ante las medidas unilaterales que aplica EEUU desde febrero. Así, Beijing anunció controles a la exportación de tecnologías relacionadas con las tierras raras, un insumo básico en la industria bélica y de comunicaciones de las que el gigante asiático es el principal exportador del mundo.
Desde el Salón Oval la irritada réplica fue “¡Están sucediendo cosas muy extrañas en China! Se están volviendo muy hostiles y están enviando cartas a países de todo el mundo para anunciar que quieren imponer controles de exportación a todos los elementos de producción relacionados con tierras raras, y prácticamente a cualquier otra cosa que se les ocurra, incluso si no se fabrica en China”, se ofuscó en su red Truth.
Pero de inmediato tomó dos decisiones igualmente hostiles. Por un lado dijo que desde el 1 de noviembre aplicará aranceles de 100% a todos los productos chinos que quieran llegar a EE UU. Por el otro dijo que no se reunirá con el presidente chino en la cumbre de la APEC, el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico que se desarrollará en Corea del Sur. “Ahora no parece que hay motivo para reunirnos”, indicó, con los labios en “puchero” como muestra de su enfado. Todavía se dio tiempo para añadir que “en esencia, (las medidas de China) congestionarían los mercados y dificultarían la vida a prácticamente todos los países del mundo, especialmente a China”.
La frutilla del postre en estas costas vino de la mano del gobierno nacional, que sumiso como nunca, calló ante la imposición de Bessent para respaldar la región paleolibertaria. “Parece ignorar que China viene impulsando valiosas acciones de cooperación con los países de la región en las más diversas áreas, siempre sobre la base del respeto, la igualdad, la colaboración y el beneficio mutuo”, dice el comunicado de la representación diplomática. Esas declaraciones del funcionario estadounidense, añade, “volvieron a dejar de manifiesto la mentalidad arraigada en los tiempos de la Guerra Fría que sigue caracterizando a algunos funcionarios estadounidenses”.
“Los países de América Latina y el Caribe tienen el derecho a elegir, con independencia y libertad, cuál es su camino de desarrollo y quiénes son sus socios en materia de cooperación”.”, critica el texto, que concluye: “sería mejor que EE UU deje de sembrar discordia y crear problemas donde no los hay, para hacer más aportes reales para el desarrollo de la región que dice defender”.