A 75 años de uno de los partidos más épicos de la historia del fútbol mundial « Diario La Capital de Mar del Plata
Resumen
Son las tres de la tarde del 16 de julio de 1950 y 199.854 aficionados llenan el estadio Maracaná: Brasil y Uruguay disputan el partido final de la Copa del Mundo y, contra todo pronóstico, “La Garra Charrúa” se alza […]

Son las tres de la tarde del 16 de julio de 1950 y 199.854 aficionados llenan el estadio Maracaná: Brasil y Uruguay disputan el partido final de la Copa del Mundo y, contra todo pronóstico, “La Garra Charrúa” se alza con el triunfo y el país anfitrión sufre una de las derrotas más célebres de la historia del fútbol.
Comienza entonces la épica del “Maracanazo”, un término que 75 años después sigue vivo y se utiliza con frecuencia para describir una inesperada victoria. Una metáfora sobre cómo el pequeño puede tumbar al gigante.
Los brasileños llegaron al partido final con números que asustaban. Ganaron 5 partidos y empataron uno. Marcaron 21 goles y recibieron 4.
El primer tiempo acaba sin goles. Al principio del segundo el delantero brasileño Albino Friaça abre el marcador y en el minuto 21 Schiaffino empata para Uruguay. Quedan 24 minutos por jugar.
A Brasil le basta el empate, ya que el equipo anfitrión suma en la tabla cuatro puntos -el triunfo vale dos y el empate uno- mientras Uruguay tenía tres.
Sin embargo, a once minutos del pitazo final Ghiggia da vuelta el partido. Las lágrimas y el silencio cubren el recién inaugurado Maracaná, entonces el estadio más grande del mundo.
Años después, Ghiggia lanzó la frase que le hizo inmortal durante un homenaje en Brasil: “Sólo tres personas consiguieron silenciar el Maracaná: Frank Sinatra, el Papa y yo”.
El mismísimo Pelé confesó que ese día vio a su padre llorar por primera vez.
La tristeza fue tan grande para el pueblo brasileño que, reportes de la época aseguran que 20 personas decidieron quitarse la vida por aquel resultado deportivo.
Hoy se cumplen 75 años uno de los resultados más recordados en la historia del fútbol.