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un delirio de autoridades ambientales sin formación ni experiencia

Resumen

El Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, cuyo nombre prefiero olvidar, propuso que los carpinchos de Nordelta sean movidos «en jaula camión y después trasladarlos a las islas”. Todo un deportista, sin dudas. Lógicamente, esta idea va […]

un delirio de autoridades ambientales sin formación ni experiencia


El Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, cuyo nombre prefiero olvidar, propuso que los carpinchos de Nordelta sean movidos «en jaula camión y después trasladarlos a las islas”. Todo un deportista, sin dudas.

Lógicamente, esta idea va de la mano de otra eminencia: el empresario Fernando Brom, la máxima autoridad ambiental de la Argentina.

Ambos parecen olvidar que los humedales eran el hábitat natural de ésta y otras especies, y ese hábitar fue intervenido violentamente. Es un milagro que los carpinchos, como otras especies, hayan sobrevivido y lo hayan vuelto a habitar. Lejos de valorar el paisaje natural ahora buscan terminar de erradicarlos, en lugar de apostar a la convivencia.

Por suerte, el país tiene expertos. Y uno de ellos, que trabaja con la especie desde hace décadas confirma lo que todos podríamos suponer: “es un delirio”. Esa fue la sentencia del Dr. Rubén Quintana, investigador del CONICET y director del Instituto de Investigación de Ingeniería Ambiental Conicet-UNSAM.

No se entiende cómo las máximas autoridades ambientales de la Argentina no tienen la inteligencia de consultar antes a los expertos del propio Estado Nacional antes de exponer su falta de criterio. Si quisieran y les interesara de verdad resolver los problemas ambientales consultarían a los especialistas de las universidades e institutos de investigación del CONICET que dedican su vida a estudiar y enseñar a hacer las cosas bien.

un delirio de autoridades ambientales sin formación ni experiencia

Autoridades de Ambiente sin formación: un mal crónico

Parece un mal crónico de la Argentina que cada vez que hay que designar autoridades ambientales nunca se busca a personas con experiencia ni formación, y normalmente esas personas sin experiencia ni formación tampoco saben rodearse de gente que tenga eso que ellos no tienen, y tampoco tienen la inteligencia de consultar a los especialistas que tiene el mismo Estado Nacional en el CONICET, en los institutos de investigación, en las universidades, en los museos de ciencias naturales. Entonces por supuesto eso desencadena con malas decisiones, y este no es un problema solamente de este gobierno, o de un color político. Cuando uno mira de acá para atrás, hoy tenemos que las dos máximas autoridades de Ambiente son un deportista y un empresario; y cuando vos mirás para atrás, tenemos desde un rabino hasta cualquier cosa.

Por otro lado, cuando uno lo piensa al revés, decís: bueno, ¿a vos se te ocurriría designar como ministro de economía a un veterinario, a un museólogo, a un biólogo? Uno se ríe, pero por qué no me debería causar gracia o tristeza o desazón cuando sucede al revés en el área ambiental o en el área del patrimonio natural.

La idea de trasladar los carpinchos a una isla: un delirio de autoridades ambientales sin formación ni experiencia

En el tema de los carpinchos hay investigadores especializados en roedores que dedican su vida a estudiar la biología y la ecología de estas especies. Lo que es increíble es que no les pidan opinión,  no los consulten, porque la opinión la tienen, pero que no los consulten es lo increíble. Por lo que abro una pregunta: si van a llevar adelante alguna medida de este tipo, como traslocar los carpinchos a otro lado, ¿quién lo va a pagar? ¿El Estado? Porque estamos hablando de un problema que tienen los privados y que generaron los privados desalojando o arrasando con los humedales para construir barrios privados o desarrollos inmobiliarios.

La pregunta sobre quién pagará las acciones que plantea Ambiente de Nación no es menor, porque exige otra decisión política. Y sería injusto que actúe como Hood Robin (en lugar de Robin Hood), porque el pobre no debe subsidiar al rico. Y en el contexto socioambiental del país hay otras necesidades mucho más básicas, como la falta de agua de muchas comunidades aborígenes y criollas.



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