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Mercedes Sosa, en sus propias palabras

Resumen

Nació a pocos días de la muerte de Carlos Gardel, y por esas cosas de los tiempos y los artistas que entienden su sentido, Mercedes Sosa cambió el género de la voz de la patria. Dijo más de una vez […]

Mercedes Sosa, en sus propias palabras


Nació a pocos días de la muerte de Carlos Gardel, y por esas cosas de los tiempos y los artistas que entienden su sentido, Mercedes Sosa cambió el género de la voz de la patria. Dijo más de una vez que no eligió nada, que quería ser como su mamá. Pero una picardía adolescente la hizo enseguida la voz de muchos, y entendió de inmediato que el cantor popular “debe ser responsable diariamente de ese título”, que no es “tan solo cantar con una bella o más o menos bella voz”. Y a ese designio se entregó sin peros, abrazando en su voz el sentir de la Patria Grande. 

“No se puede cantar con miedo. No tuve miedo ni cuando me amenazó la Triple A. Si la mala va a venir no importa, pero no se puede tener miedo al cantar. Vos vivís el momento más glorioso de tu vida cuando cantás; para un artista no hay instante más elevado, más sublime. Si te matan, ya sabrá el matador el castigo que tendrá, porque un artista sobre el escenario está totalmente indefenso. No hay manera de salir a cantar con un revólver en la mano. Además, yo no mataría a nadie. Prefiero que me maten antes que tener que matar.” (Archivos O’Donnell, 1996, emitido por Canal Encuentro)

“Con el asunto del nombre me libré de una buena: mi mamá anduvo pensando en ponerme Julia Argentina, porque nací un 9 de julio, el Día de la Independencia, cerquita de la casa histórica de Tucumán. Hubiera sido una exageración. Se imaginan a los presentadores del mundo diciendo: Y aquí… ¡Julia Argentina Sosa, de Argentina! Otra exageración dentro de una vida marcada por hechos exagerados, no queridos, ni siquiera soñados… ¡Julia Argentina Sosa, de Argentina! Madre mía. También me anduve llamando Gladys Osorio, cuando casi adolescente empecé a cantar por los micrófonos de una radio. Al final, puertas adentro las cosas son como las madres quieren y puertas afuera son como la gente manda. En mi casa definitivamente soy la Marta. Para la gente definitivamente soy la Negra”. (Mercedes Sosa, La Negra, de Rodolfo Braceli, 2003)

Mercedes Sosa, en sus propias palabras
Mercedes con su hijo, Fabián Matus.

“Nosotros con toda naturalidad hablábamos de Joan Baez y Bob Dylan, porque ellos iban desde lo más exquisito del jazz hacia la profundidad del folklore norteamericano. Y estábamos en lo mismo acá. Diez años después del lanzamiento del Nuevo Cancionero yo terminé cantando y haciéndome amiga de Joan Baez. En ese entonces y ahora cuando elijo una canción primero me importa su calidad musical. Jamás cantaré algo sólo por las letras. Yo entro por la música. A los que nos acusaban de ser comunistas, les digo que ser comunista no significa ser estéticamente pelotudo. El Nuevo Cancionero fue, antes que nada, un hecho artístico. Si no, no hubiera llegado tan lejos ni hubiera perdurado como perdura”. (Ídem)

“No me considero una cantante política. Creo que no hay que insistir exageradamente con el tema político. El artista tiene que tender a ser popular, no encerrarse en pequeños grupos de intelectuales. El cantor de temas de protesta es generalmente un cantor de élites. Yo creo que uno debe tender a interesar al gran público. Por supuesto, siempre dentro de una exigencia de calidad. (…) Antes de saber leer. Empecé a cantar cuando empecé a hablar. Y era un desastre, pues cantaba hasta en los velorios. Yo llegaba y siempre había algún chico que quería que cantara. Y yo cantaba. Pero también estaban los otros.

—¿Los que querían silencio?

—Sí, los que querían silencio y me hacían callar. Pero yo detestaba el silencio de los velorios y la tristeza… y toda la situación alrededor de ese ser que se iba. Así que nunca me hacía rogar cuando me pedían que cantara. Yo cantaba nomás”. (Entrevista publicada en la revista Crisis, número 12, 1974)

“La gente que reza, reza de distinta manera. Cuando empecé a cantar ‘Pollerita’, estaba haciendo un exorcismo de mi dolor y mi lejanía» (durante su exilio). (Entrevista en De Pé a Pá conducido por Pedro Carcuro en la Televisión Nacional de Chile).

Mercedes Sosa, en sus propias palabras

“Prefiero irme para dentro mismo para poder cantar. Así canté esa belleza que hice de ‘La Misa Criolla’, de media voz que hice. Después que la hice no la podía repetir, tuve que empezar a estudiar canto completamente con profesores de Córdoba, Buenos Aires, Rosario. Porque ese ‘Señor ten piedad de nosotros’ es muy difícil como yo lo hago. Porque eso está hecho para cuatro voces, yo lo hago solita. Esa media voz ha hecho que yo estudie, estudié para hacerla”. (Entrevista inédita en Algo en la aldea de Radio Nacional Mercedes Sosa de Tucumán, con motivo del lanzamiento de Corazón libre (2005); publicada en YouTube en 2022)

“Si bien me alejé de la iglesia no me alejé de Dios. Ese Dios siempre está dentro de uno cuando uno de chico empezó a creer en él. Nuestros padres nos enseñaron tanto realmente . (ídem)

“Ya ahora tengo ganas de cantar para el público. Me gusta el trabajo del estudio, pero cuando era jovencita creía que el trabajo del estudio era frío, y yo después aprendí de cómo debía dejar que ese trabajo sea frío: ir para dentro mío, muy adentro mío. Por eso no necesito grandes luces, sino una pequeña luz que me alumbre la carpeta y pensar en lo que estoy cantando. Cómo es lo que estoy cantando, imaginar los personajes que estoy cantando. Diríamos que yo soy artista, soy una cantante artista. Es muy difícil eso”. (Ídem)

“Allí viví toda mi niñez. Tenía pocas cosas, pero el amor no me faltaba. Mi mamá cocinando para nosotros… ¡Ella no me dejaba entrar en la cocina! Porque ella quería que yo tuviera tiempo para leer. Y yo leía: lo leía todo, todo, todo”. (Entrevista de Víctor Amela publicada en Solidaridad.net  en 2005)

Mercedes Sosa, en sus propias palabras
La Negra y Charly

“Una vez (lloré). Fatal. ¡Cometí el peor de los errores que pueda cometer un artista! Porque cuando subes al escenario debes ser poderoso, dominar, y no ser juguete de tus sentimientos. Cantaba ‘Volver a los 17’ y pensé en mi nieta, que la había dejado con tres años al exiliarme. Ese día ella cumplía 17 años, y…”. (Ídem)

“Sí, he resucitado dos veces. Mi enfermedad del 97 fue una cosa horrorosa: estaba enferma del cuerpo y de la cabeza. Lo de hace tres años fueron más bien golpes del cuerpo. Pero en el ’97 fueron meses de vómitos y sueño. Despertaba y vomitaba, no comía casi: cuatro uvas, un poquito así de carne, vómitos, sólo vómitos. Dicté mi testamento, ya no quería vivir más. Un día pasé desnuda frente a un espejo, vi un cuerpo como los de Biafra… Ay, Dios mío, qué horror, mis piernas no me sostenían: caminaba con trípode diez metros y caía extenuada… Cómo golpea la vida cuando golpea. Un día me puse plazo, llamé a María y le dije que si yo seguía así no me diera de comer más. «María le dije, debo morirme.» Lo mío era peor que la anorexia; no reconocía a mi sobrina, creía que mi casa era un hotel, estaba perdida. Tenía que morirme. Por eso el testamento”. (Entrevista de R. Braceli en La Nación, 9 de julio 2006)

“Lo nuevo es que por fin aprendí que si no canto me muero. Podré tener nervios, pero ese pánico insoportable de cada entrada no va más. Cantar me cura. Y tengo ganas de vivir.” (Ídem)

“Yo andaba por mis 15 años. Mi papá y mi mamá, que eran muy peronistas, aprovecharon un tren gratis a Buenos Aires para celebrar el 17 de Octubre. Yo quedé cuidada por mis hermanos, más suelta. En la escuela faltó la profesora de canto y la directora me dijo que íbamos a cantar el Himno Nacional y que yo tenía que ponerme adelante y cantar bien fuerte, para que todos me siguieran. Sentí vergüenza, pero canté: ahí debuté. Ese día también faltó la profesora de labores y con mis compañeras fuimos a LV12, donde había un concurso. Mis compañeras me empujaron para que cantara. Por temor a que se enterara mi papá me llamé Gladys Osorio. Canté «Triste estoy», de Margarita Palacios. Cuando terminé, el dueño de la radio me dijo: «El concurso concluyó y lo ganaste vos». Y seguí cantando en la radio. Hasta que un día mi papá me descubre y me llama y me dice palabras que escucho ahora: «¿Le parece bonito eso de andar metiéndose en la radio? ¿Eso es lo que hace una señorita criada para ser decente? Gladys Osorio, venga, acérquese. ¿Tengo que felicitarla? Míreme a los ojos. Que me mire a los ojos le digo». (Ídem)



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