actores y actrices reclamaron contra el vaciamiento del Instituto Nacional del Teatro
Resumen
En una noche de celebración para las artes escénicas, la preocupación por el futuro del teatro independiente y federal se coló sin disfraz en el escenario de los Martín Fierro al Teatro. El Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo clave […]

En una noche de celebración para las artes escénicas, la preocupación por el futuro del teatro independiente y federal se coló sin disfraz en el escenario de los Martín Fierro al Teatro. El Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo clave para el desarrollo teatral del país, atraviesa su momento más crítico desde su creación en 1997. El decreto 345/2024, impulsado por el presidente Javier Milei, avanza en su desmantelamiento. Frente a este escenario, artistas de distintas generaciones y tradiciones aprovecharon sus discursos para denunciar la situación y defender públicamente al INT.
La actriz Pilar Gamboa, ganadora por su trabajo en el circuito off, fue una de las primeras en alzar la voz: “No van a poder con el teatro. Militemos el entusiasmo de juntarnos y seguir pensando en esto que hacemos. Defendamos al Instituto Nacional del Teatro”, dijo con énfasis y emoción, dejando claro que el teatro independiente no se rinde.
Mauricio Kartun, emblema del teatro argentino, recibió un premio a la trayectoria y no eludió el contexto. “Todos los espectáculos que estrené en los últimos 20 años, de alguna manera u otra, tuvieron apoyo del Instituto”, recordó. Y llamó a la acción política: “Adhieran y compartan. Es sano. Propongamos que los legisladores se opongan al decreto 345, que desmantela no sólo al Instituto, sino a distintas instituciones oficiales de la cultura”.

Iván Moschner, premiado por su rol en Cyrano, fue más directo: “El decreto 345 tiene que caer. Ojalá que la CGT largue un paro”. Agregó que tanto jóvenes como adultos mayores están organizando una “gran movida” en defensa de la cultura, y convocó a participar en las asambleas que se están realizando en todo el país.
El actor Gabriel “Puma” Goity, gran protagonista de la noche al recibir el Martín Fierro de Oro, cerró su discurso con una proclama clara: “El Instituto Nacional del Teatro es fundamental, no lo desfinancien, es un error muy grande. ¡Viva el teatro y viva el clásico!”.
Por su parte, Pablo Echarri, premiado por su protagónico en Druk, pidió compromiso colectivo: “Comprometámonos con la derogación del decreto 345 para que el Instituto Nacional del Teatro siga por el camino que venía, porque es una fuente para el teatro. Este maravilloso teatro argentino que tenemos es consecuencia de leyes que impulsaron que esta actividad creciera”.
“El teatro es mi hogar y lo será de muchos que vendrán, así que adhiero a lo que dijeron. Estoy muy orgullosa del teatro argentino y del nivel de los actores”, sumó casi al final de la noche Verónica Llinás al recibir el premio a mejor actriz protagónica por Antígona en el baño.

El Instituto Nacional del Teatro, creado por la Ley 24.800, se encargaba de subsidiar obras, giras, festivales, infraestructura y formación en todo el país, con énfasis en el desarrollo regional y en salas independientes. Desde principios de 2024, sus fondos están congelados, los pagos adeudados y los programas paralizados. El gobierno de Milei lo ha vaciado presupuestariamente y lo ataca discursivamente por su supuesta «ineficiencia», en línea con su política de demolición sistemática del sistema cultural público.
El INT no sólo financiaba proyectos: garantizaba la existencia de un ecosistema teatral diverso, plural y federal. En un país donde las salas oficiales no alcanzan y el acceso a la cultura es desigual, su rol era decisivo. La ofensiva contra el Instituto revela una concepción mercantilista de la cultura, que desconoce su función social y comunitaria. Por eso, mientras se repartían estatuillas, muchos artistas decidieron hablar por quienes no tienen micrófono, pero sostienen el teatro argentino desde hace décadas.
Mientras la gala oficial se desplegaba con glamour sobre la alfombra roja de la Usina del Arte, a pocos metros una escena paralela tomaba forma con otro color y otro tono: en la plaza de enfrente, artistas autoconvocados, estudiantes y trabajadorxs de las artes escénicas extendieron una alfombra negra para advertir que el teatro argentino está bajo amenaza. Con vestuario de impacto, carteles y puesta en escena, organizaron una “black carpet” como señal de alarma: el decreto 345 del gobierno de Javier Milei, que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, pone en riesgo el futuro de la actividad en todo el país.

Allí desfilaron actrices, actores y directores para visibilizar el reclamo, entre intervenciones performáticas y consignas claras. La consigna era una sola: sin Instituto Nacional del Teatro no habrá nada que premiar. La acción buscó interpelar a quienes ingresaban a la ceremonia oficial, pero también funcionar como acto de resistencia simbólica. Lejos de los flashes, la alfombra negra fue el espacio donde se recordó que el teatro independiente, federal y de base comunitaria no sobrevive sin políticas públicas sostenidas.