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¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?

Resumen

Millones de argentinos empiezan a ver a Donald Trump como un nuevo protagonista de su vida cotidiana. Efecto de la extrema debilidad financiera, la centralidad del estadounidense aparece en los estudios de opinión pública. “Si (Milei) pierde no seremos generosos […]

¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?


Millones de argentinos empiezan a ver a Donald Trump como un nuevo protagonista de su vida cotidiana. Efecto de la extrema debilidad financiera, la centralidad del estadounidense aparece en los estudios de opinión pública. “Si (Milei) pierde no seremos generosos con Argentina”, lanzó el martes. El mensaje estaba dirigido a todos los ciudadanos en condiciones de votar. Sin proponérselo, Trump profundizó emociones y posturas bastante arraigadas en este confín del sur del mundo.

Con su desenfado salvaje, el presidente de Estados Unidos condicionó la ayuda a Argentina a que los electores de estas latitudes voten a Milei y a los candidatos de La Libertad Avanza. Hizo así una muestra de su predilección por el “hard-power”.

Al mismo tiempo dio otra demostración de su abandono paulatino del “soft-power”, otro concepto acuñado por el politólogo Joseph Nye e incorporado a la disciplina de las relaciones internacionales. El “soft-power” refiere a la compleja trama de instituciones que exporta al mundo los valores e intereses de EEUU; lo hace a través de medios de comunicación, ONGs, universidades, think tanks y la “fábrica de sueños” de la industria cultural. Todo un combo que -se sabe- está mayoritariamente ligado a la sensibilidad del Partido Demócrata.

En la rueda de prensa del martes, entre molduras doradas y banderas de las distintas armas de las FFAA estadounidenses, Trump le dijo a la periodista argentina Nieves Zuberbühler que supeditaba la continuidad de la asistencia financiera a que Milei se imponga en las urnas. “Si el presidente (Milei) no gana no vamos a ser generosos con Argentina. Si pierde, no vamos a ser generosos”, sostuvo desde el Cabinet Room de la Casa Blanca.

La frase, presenciada en vivo por la transmisión de TV, irradió como un hilo de pólvora encendida en los mercados financieros, aquí y allá. Horas después, Trump usaba su cuenta en la red social Truth -su versión de X, el Twitter MAGA- para ajustar un poco lo que los dirigentes opositores de Argentina calificaron rápidamente como una “extorsión”. Dijo que al referirse al resultado favorable que esperaba para Milei hablaba de las “midterm elections” (los comicios legislativos del 26 de octubre).

El condicionamiento de Trump mostró desparpajo y una franqueza brutal, casi hostil. Con su impronta, graficó lo que el consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubi define como la “escenificación del poder” transmitida mediante una liturgia corporal.

Especialista en comunicación política de larga experiencia en Argentina, Gutiérrez Rubi analizó desde el lenguaje no verbal los apretones de manos que suele dar Trump al saludar a otros mandatarios.

“Trump ha reinventado la tradicional y aburrida foto política del apretón de manos y la ha convertido en videoclips absorbentes de testosterona para ser analizados -como en loop- una y otra vez”, analizó el consultor en una columna publicada por el portal Agenda Pública.

La nueva relación con Estados Unidos: ¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?

“Todos los apretones de manos de Trump terminan con su brazo atrayendo hacia su cuerpo el brazo de su interlocutor, estirándolo hacia sí de manera violenta, como si el saludo fuera un pulso de dominación”, añadió Gutiérrez Rubi en otro tramo del artículo.

En su opinión, la gestualidad de Trump busca poner en escena la sumisión del otro, mostrando la imposición del poder sin matices. Un objetivo que aparece hasta en hechos aparentemente protocolares, como el saludo a otro mandatario.

“Al estirar al interlocutor le hace perder -casi siempre- el equilibrio, aunque sea levemente. Es una percepción rápida, fugaz, pero genera una idea en la opinión pública sobre quién manda y quién obedece”, completó el analista.

La delegación de Argentina presenció esta semana los modos de Trump, casi como testigo privilegiado. Su actitud dominante, pero sobre todo la búsqueda de subordinar a todo el hemisferio desde la doctrina ‘continentalista’, empiezan a ser tema de agenda.

El estudio cuantitativo de alcance nacional realizado por los politólogos Ana Zuban y Gustavo Córdoba, finalizado hace más diez días, plantea en sus conclusiones que Argentina “es un país de mayoritario sentimiento anti-norteamericano”. Para los dos encuestadores, los resultados obtenidos en ese trabajo “aportan certezas demoledoras”. A partir de 1900 casos y con un error de muestreo de 2,25%, el sondeo arroja que el 62% de los argentinos se siente “lejano” de EEUU y del propio Trump, mientras que un 64% considera que el salvataje anunciado es sólo “simbólico”.

La nueva relación con Estados Unidos: ¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?
El 64% de los argentinos tiene un sentimiento antinorteamericano.

Foto: Mariano Martino

La nueva relación con Estados Unidos: ¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?

El dato más importante en términos políticos aparece al cruzar la “lejanía” o “cercanía” respecto de EEUU y su presidente con el voto elegido en las elecciones de 2023. Que entre los votantes de Sergio Massa predomine la respuesta de “lejano” no es sorpresa (96,3%) pero sí lo es que dos de cada diez votantes de Milei también se sientan “lejanía” (21.7%).

Algo similar ocurre con quienes eligieron en primera vuelta a Patricia Bullrich (30,4%) y mucho más todavía con los que optaron por Juan Schiaretti (93,2%). Estos números reflejan que la figura cada vez más presente de Trump, más una hipótetica subordinación lisa y llana a EEUU, generan en la sociedad argentina una fractura que se desacopla del antagonismo mileísmo-PRO versus peronismo-kirchnerismo. En otras palabras: el rechazo, la distancia emocional respecto de Trump, son nítidamente mayoritarios.

Una percepción dividida

Se trata, en todo caso, de un diagnóstico preliminar. Consultados por Tiempo, el politólogo, docente de comunicación política, Mario Riorda, y el consultor Raúl Timerman (La Sastrería) profundizaron el análisis y lo complejizaron. Timerman, en primera instancia, puso el foco en la polarización y recordó que la sociedad sigue “dividida” tras los dos primeros años de Milei.

La nueva relación con Estados Unidos: ¿es piantavotos la sumisión a Trump que propone el gobierno de Milei?

“El acercamiento con la administración de Trump no es ‘piantavotos’ para los votantes de Milei; sí lo es para los votantes peronistas”, subrayó. Luego mencionó el resultado de un testeo sobre la pregnancia de las consignas políticas que su consultora hizo un año atrás: “De todas las consignas la que tuvo más votos fue ‘La Patria no se vende’, alrededor del 70% ”, contó a este diario.

Nacido en Córdoba, pero con actuación en distintos países de la región, Riorda planteó que una sumisión muy exagerada (“absolutamente asimétrica”) respecto de EEUU “puede llegar a erosionar parcialmente algo del voto duro” de La Libertad Avanza. “La relación con EEUU, si se trata de una relación asimétrica o de subordinación, tiene un rechazo que alcanza básicamente a 2/3 de la sociedad. Y si se trata de un vínculo con imposiciones en cuestiones más sensibles, que incluso puedan afectar la soberanía, ese rechazo llega a 3/4 de la población”, precisó Riorda en diálogo con Tiempo.



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