las voces del pueblo bancando a Cristina en las calles porteñas
Resumen
No será un 17 de octubre, pero es un 18 de junio y todos los caminos conducen hasta la Plaza de Mayo para bancar a Cristina frente al bombardeo judicial y la proscripción. La mañana es siberiana en Constitución. El […]

No será un 17 de octubre, pero es un 18 de junio y todos los caminos conducen hasta la Plaza de Mayo para bancar a Cristina frente al bombardeo judicial y la proscripción. La mañana es siberiana en Constitución. El tornillo se combate con calor peronista. Hay batalla de los bombos en el cruce de San José y Carlos Calvo. Los dedos van al cielo y dibujan la “V”. Hasta la victoria siempre.
Los muchachos y muchachas peronistas se amuchan, cantan, saltan. El pueblo no olvida frente a la casa de La Jefa: “Tenemos memoria, hermano, en estos momentos hay que salir a bancar. A defender a Cristina, a defender los derechos conquistados. El pueblo no se arrepiente de este amor”, dice el estudiante matancero Martín y se abraza con sus cumpas llegados desde el Conurbano profundo, las provincias de la patria castigada por la motosierra y más allá.

“Yegua nunca mascota”, reza el stencil tatuado a pasitos de la avenida San Juan. «Con esta condena, los poderosos se la están cobrando a Cristian. Le facturan que nos dio derechos al pueblo, que ayudó a los de abajo, que les sacó privilegios a los de arriba. No se lo perdonan», sostiene Oscar, jubilado de Luz y Fuerza arrimado desde Quilmes.
Peronista desde la cuna, don Oscar no tiene dudas: “Esto no es justicia, esto es una venganza de los grupos económicos. Los Magnetto, los Ratazzi, los Mindlin, los amigos de Macri, Milei y Caputo que hambrean al pueblo. Nos tocaron a nuestra líder y el peronismo va a despertar. Vamos a seguir en las calles, con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes. Los trabajadores, los jubilados, los estudiantes, las amas de casa, el pueblo entero está acá bancando a Cristina”. Ni un paso atrás.

Traigan al gorila de Milei para que vea… A las 10 de la matina, Constitución parece un mural justicialista animado por Daniel Santoro. En los puestos hay gorros con la cara de Cristina, banderas con la cara de Cristina, remeras con la cara de Cristina. Lleve nomás, precios cuidados, compañeres. Los choris salen como pan caliente. «Hasta la economía reactiva Cristina», confiesa un sonriente vendedor.
Las trans no olvidamos, luchamos
María se vino desde Corrientes en micro para bancar a CFK: “Salimos ayer a las 8 y llegamos a la madrugada. Soy ama de casa. Ella dio tanto por el pueblo, esta es una injusticia. Tantos kilómetros para gritar bien fuerte que Cristina es inocente. No me voy a callar, aunque nos manden a la policía”.
Correntina también es Maverick Márquez, nacida y criada en Alvear, urbe recostada a orillas del Río Uruguay. Representa al colectivo LGBTQ+ litoraleño: «Estoy acá porque la compañera Cristina nos dio libertad, derechos, un futuro. Las trans no olvidamos, luchamos».

De la casa a la calle, de la calle al trabajo, del trabajo a la calle, de la calle a la casa, de la casa a la calle. Así bancó Juan Carlos a Cristina la última semana: «Tenía que estar con ella. Porque ella siempre estuvo con nosotros». El laburante oriundo de Caballito cuenta que hace changas, que la moneda no le alcanza, que no hay plata, que tiene que volver Cristina: «Le tienen miedo, no quieren que el pueblo la vote, porque los pasa por arriba. No se va a rendir y vamos a volver».
«Avanti Morocha», dice la remera de María Emilia, jubilada combativa que se prepara para marchar rumbo a la plaza. Llegó anoche de Neuquén, más de un día en colectivo: «Flor de viaje para estar junto a una mujer que puso el cuerpo siempre. La proscripción me movilizó, me levanté del sillón y con 78 años acá estoy aguantando a Cristina. Estamos acá devolviendo tanto amor. No le perdonan que sea líder, que se mujer, que sea tan querida, que baile en el balcón y les dé batalla». Cuando ella bailla, ellos tiemblan.