La magia de Pablo Vicó y Brown de Adrogué, el club de barrio que aprendió a soñar en grande
Resumen
Ya se estrenó Todos quieren venir a Brown, el documental de Lucas da Rocha que cuenta la historia de los años de Almirante Brown de Adrogué en los que el equipo fue dirigido por Pablo Vicó. “El rodaje empezó antes […]

Ya se estrenó Todos quieren venir a Brown, el documental de Lucas da Rocha que cuenta la historia de los años de Almirante Brown de Adrogué en los que el equipo fue dirigido por Pablo Vicó. “El rodaje empezó antes de la pandemia y terminó ya durante la pandemia –cuenta Da Rocha–. La idea surgió cuando fue el primer ascenso porque Bron (así, como lo dice Da Rocha y lo dicen todos en la película, será de ahora en más) empieza a jugar en el Nacional B. Y hace bastante ruido porque el debut es también el de Independiente. Y como Bron le termina ganando, y le termina ganando bien, se arma un poquito de revuelo: este equipo que no conocía a nadie, que juega lindo, le había arruinado el debut a Independiente.”
Adictos a la noticia fácil, los grandes medios vinculados al fútbol enseguida salieron detrás del equipo chico para mostrarlo con su mirada etnocéntrica, y difundieron la novedad haciendo hincapié en que Vicó vivía dentro del estadio. “Se nos ocurrió hacer un documental con una perspectiva distinta: mostrar el detrás de escena, la vida en el club desde el punto de vista de un hincha. El hincha en cuestión era el mismísimo Da Rocha, que había pasado la infancia en el club, había jugado en las inferiores y al que la vida lo llevó hacia el cine: se puede decir que reunía las condiciones ideales para la misión.

–La película tiene una posición de cámara que está siempre a la altura de los testimonios: todo es a la par, constantemente.
–Pablo dice en la película que a veces lo tratan como personaje, no lo toman con la seriedad que él pretende o le gustaría. Más allá de su historia particular, tiene una historia de trabajo muy importante. Y la atención fue esa: ir desde la cercanía. Pasamos mucho tiempo con ellos, por eso el rodaje fue tan largo. Vengo del cine militante y me interesa el cine que se pone al lado de los protagonistas, a la par, y no tanto ese cine supuestamente objetivo que mira desde afuera. Entonces tuvimos que ir mucho tiempo al club para ganar la confianza de los protagonistas y también filmar mucho sabiendo que buena parte de eso no se iba a terminar usando. Incluso en un ambiente como el del fútbol, donde las personas están bastante acostumbradas a las notas express, había que lograr que se relajaran, se corrieran de ese lugar y hablaran más distendidamente. Esa fue una búsqueda desde el principio.
Así, la película consigue una intimidad poco acostumbrada en el fútbol: no hay poses, esteticismo ni momentos de clímax para provocar la emoción. Todo es un descubrimiento para el espectador, que es conducido por una cámara que sigue el derrotero de los años en los que Vicó se hizo cargo de la dirección técnica del equipo y lo llevó a la gloria. “Incluso a la hora de mirar los partidos, siempre tratamos de enfocarnos en lo que le estaba pasando a las personas que estaban ahí. Esto de acercarnos poco a poco lo fuimos buscando desde la puesta y desde el montaje. Por ejemplo, en los primeros partidos firmamos detrás del alambrado y en los últimos ya estábamos dentro de la cancha.”
Por eso no sorprende que se vean ciertas “desprolijidades”, como que alguien entre en cuadro durante una entrevista o pase delante de cámara: Todos quieren venir a Brown tiene la naturalidad de quien va descubriendo a su anfitrión a medida que pasa tiempo en su casa. “Siempre pensamos en transmitir la importancia del club de barrio en las comunidades. Si bien es muy fuerte la figura de Vicó, queríamos darnos el tiempo para charlar con las distintas personas que trabajan ahí y la importancia de su trabajo, incluso el de los jugadores en tanto trabajadores.”
Los lugares de entrenamiento tienen frases de Michael Jordan, Ayrton Senna y también anónimas. Todas definiciones motivacionales que funcionan a la perfección: saben muy bien las diferencias que los separan de esos monstruos y, por lo mismo, se hacen conscientes de todo lo que pueden llegar a alcanzar si dan el máximo como ellos. “Hay una seriedad en el trabajo que no tiene nada que envidiarle a los equipos más profesionales. En ese sentido, nos interesa destacar que se trabaja con mucha seriedad y haciendo todo lo posible con los pocos recursos que se tienen. Hay algo de ese sentido de pertenencia que potencia los recursos con los que se cuenta: muchos de los jugadores tenían historia con el club y eso potencia el sentido de pertenencia, que a la vez potencia el rendimiento, y les permite pararse igual a igual con equipos que son enormes. Bron tuvo que jugar con equipos como Huracán, Talleres de Córdoba, Unión de Santa Fe.”

“En la película no se habla de las sociedades anónimas deportivas, pero creo que hay una posición marcada sobre la importancia de mantener la propiedad de los clubes en manos de los socios –subraya Da Rocha–. Hoy en día la cuestión política en el club no está tan bien como en el momento de la película, hay descontento con la dirigencia. Y una de las cosas que fue pasando es que se perdió bastante la vida social en el club. No solo es importante que los clubes sigan siendo de los socios, sino también conservar la participación. Cuando un club, como cualquier organización popular, se empieza a vaciar de actividad, se burocratiza.”
La película que Vicó no quiso ver antes de su estreno de hoy tiene una arenga final en defensa del cine independiente, casi como si la autonomía del arte y las organizaciones comunitarias fueran la misma. “Hacer una película como esta en esta situación sería muy, muy difícil. De hecho, nos costó terminarla por cuestiones económicas. Además, creo que hay una cuestión cultural muy importante. Hoy se está atacando a la cultura en los distintos ámbitos, hay un rechazo desde el oficialismo y el discurso imperante al fomento de la cultura popular, de las obras que cuentan la historia de nuestro pueblo. Las películas, músicas, obras de teatro que hablan sobre nosotros están siendo atacadas. Nos las quieren tapar. Y cada vez que voy a una proyección que aborda este tipo de historias suceden muchas cosas. Un sentimiento compartido. Y eso nos lo quieren quitar, que cada uno esté mirando un contenido de cultura de afuera. No quieren que nos encontremos. Por eso queremos hacer muchas proyecciones presenciales.”
Todos quieren venir a Brown
Guión y Dirección: Juan Lucas da Rocha. Con la participación de Pablo Vicó, Agustín Galeota, Luis Yúdice “Pucará”, Facundo Lemmo, Martín Minadevino, Cristian Bordacahar, Joel Barbosa, Jorge García Crespo, Ignacio Bogado, José Rivas, Adrián Zen Bonacorsi, Eduardo Scalenghe, Gabriel Ruhl. Producción: Juan Lucas da Rocha, Lucía Casado. Estreno lunes 25 de agosto a las 19:30 en el Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635.
