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Elevaron a alerta amarilla la actividad del volcán Planchón-Peteroa al sur de Mendoza

Resumen

El Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) a través de su Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) y en conjunto con el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de Chile, informaron que aumentó a amarillo el nivel de alerta técnica del Complejo […]

Elevaron a alerta amarilla la actividad del volcán Planchón-Peteroa al sur de Mendoza


El Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) a través de su Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) y en conjunto con el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de Chile, informaron que aumentó a amarillo el nivel de alerta técnica del Complejo Volcánico Planchón-Peteroa al sur de Mendoza. Es uno de los 39 volcanes activos que existen en la Argentina.

El Planchón se encuentra al sur de la provincia cuyana. Su cambio puede representar una amenaza, de agravarse su actividad, a las localidades de Malargüe y las que se encuentran al límite de Chile, en la región de Maule.

Este cambio del nivel de alerta técnica se basa principalmente en un aumento en los parámetros de actividad sísmica del volcán que registran desde el jueves 10 de julio, especialmente eventos asociados a la dinámica de fluidos al interior del volcán (eventos sísmicos tipo LP y Tremor).

También hay un incremento en los valores de energía de la señal de Tremor continuo, registrada a partir del valor de RSAM, asociada a la dinámica sostenida de fluidos al interior del volcán: registró un incremento significativo, llegando a su valor máximo el 16 de julio, considerado por encima del nivel de base de este volcán.

Si bien otros parámetros de monitoreo se mantienen estables y la actividad superficial es limitada, sostienen que «este tipo de comportamiento es previo a ciclos eruptivos previos, caracterizados principalmente por emisiones de ceniza volcánica».

Y no descartan la posibilidad de la ocurrencia de columnas volcánicas, cómo las que se presentaron entre 2018 y 2019. Por el momento, se realiza un monitoreo permanente.

39 volcanes activos

Se estima que a lo largo de la Cordillera de los Andes existen 120 volcanes activos, 39 de ellos en territorio argentino o en la zona limítrofe con Chile.

La doctora en Geofísica Gabriela Badi, docente e investigadora en Sismología Volcánica en la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad de La Plata, enfatizó tiempo atrás que todo volcán activo genera algún tipo de señal. Si un volcán tiene instrumentación para su vigilancia y se realiza un monitoreo continuo, algún cambio en su actividad seguramente puede identificarse: “La cuestión es poder identificar cuáles son los cambios en las señales que anticipan la erupción. Esa es la tarea difícil, porque todos los volcanes son diferentes. Cada uno tiene su propio dialecto. Por más que haya muchas señales parecidas, hay detalles propios de cada volcán”.

El monitoreo en la Argentina está a cargo del Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV), dependiente del Servicio Geológico y Minero Argentino (Segemar). La Cordillera de los Andes, frontera con Chile, suma unos 120 volcanes activos. “En particular, hay unos 18 que se encuentran en la zona limítrofe, que son compartidos, y conocemos otros 21 volcanes activos que están totalmente en territorio argentino”, remarcó Badi.

Elevaron a alerta amarilla la actividad del volcán Planchón-Peteroa al sur de Mendoza

El Segemar elaboró un ranking de Riesgo Volcánico Relativo, teniendo en cuenta el tipo de volcán, la frecuencia y la magnitud de sus erupciones, los productos que ha generado en el pasado o si presenta en la actualidad alguna actividad superficial o sísmica.

El primer lugar se lo lleva el volcán Copahue, debido a que es el único en el país con población estable (Caviahue y Copahue, por ejemplo) y actividad turística a escasos 10 kilómetros. “Sin embargo, las erupciones históricas de este volcán han mostrado que su impacto perjudicial es localmente restringido. Por el contrario, hay otros volcanes de naturaleza mucho más explosiva con producción de lluvias de ceniza que han afectado fuertemente economías regionales alejadas, como el caso de Láscar Chaiten, Calbuco, Cordón Caulle, todos situados en Chile”, mencionó Patricia Sruoga, geóloga, investigadora del Conicet y del Segemar.

“El volcán más peligroso es el Complejo Volcánico Planchón Peteroa, en Mendoza, debido a la explosividad de alguna erupción pasada y a las mayores distancias alcanzadas por los productos emitidos, flujos y cenizas”, completó Badi.

Desde el Observatorio Argentino Vigilancia Volcánica del Segemar, explicaron que se considera activo a todo volcán que ha tenido una erupción en los últimos 10 mil años aproximadamente: “Esto, en tiempos humanos puede parecer mucho, pero no es así en tiempos geológicos”. Los diez volcanes que presentan mayor riesgo para nuestro país son: Copahue (Neuquén), Complejo Volcánico Planchón Peteroa (Mendoza), Complejo Volcánico Laguna del Maule (Neuquén/Mendoza), Lanín (Neuquén), Tupungatito (Mendoza), Maipo (Mendoza), Complejo Volcánico Cerro Blanco (Catamarca), San José (Mendoza), Lastarria (Catamarca) y el volcán Tuzgle (Jujuy).

Elevaron a alerta amarilla la actividad del volcán Planchón-Peteroa al sur de Mendoza

“A diferencia de los terremotos, que a la fecha no son posibles de predecir, las erupciones volcánicas se pueden pronosticar –apuntaron–. El monitoreo se realiza mediante la instalación de equipamiento específico sobre el volcán, o también utilizando algunos sensores alejados o remotos. Y se analizan a lo largo del tiempo con la finalidad de detectar oportunamente cambios en la actividad volcánica”.

El problema de que un volcán entre en erupción no es solo la lava, las explosiones y la contaminación atmosférica con lluvia ácida, sino lo que queda después. Aún hoy se puede apreciar ceniza volcánica en sectores de Río Negro y Neuquén, por los volcanes Puyehue y Calbuco, que erupcionaron en Chile en los últimos diez años.

Sruoga comentó que la incorporación de la ceniza volcánica en el suelo depende en gran medida de las condiciones climáticas: “En un extremo, la ceniza arrojada por el volcán Cordón Caulle en 1960 ha sido totalmente asimilada por el suelo en la zona oeste de Bariloche y Villa La Angostura. En el otro, tenemos la ceniza del volcán Quizapu, que aún permanece en superficie y a merced del viento en el sur de Mendoza, luego de 89 años de producida la erupción”.  «



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