El universo Ghibli suena en Buenos Aires con una orquesta en vivo
Resumen
Después de agotar tres funciones en el Teatro Devoto y ubicarse entre los espectáculos más convocantes del año, El viaje sinfónico desembarca nuevamente en el Auditorio Belgrano, esta vez el martes 22 y 29 de julio. La propuesta, dirigida musicalmente […]

Después de agotar tres funciones en el Teatro Devoto y ubicarse entre los espectáculos más convocantes del año, El viaje sinfónico desembarca nuevamente en el Auditorio Belgrano, esta vez el martes 22 y 29 de julio. La propuesta, dirigida musicalmente por Clara Ackermann, revisita en vivo las bandas sonoras de las películas más emblemáticas del Studio Ghibli, el mítico estudio japonés fundado por Hayao Miyazaki. Con treinta músicos en escena, coreografías, vestuario y una puesta audiovisual cuidada, el concierto se transforma en una experiencia inmersiva para públicos de todas las edades.
El espectáculo rinde homenaje a dos pilares del cine animado japonés: Miyazaki -ganador de dos premios Oscar por El viaje de Chihiro y El niño y la garza- y el compositor Joe Hisaishi, autor de las inolvidables melodías que marcaron películas como Mi vecino Totoro, La princesa Mononoke y Kiki: entregas a domicilio. «Hay una magia especial en estas películas. Tienen muchos fanáticos, y algo así nunca se había hecho en Argentina», asegura Ackermann, quien también dirige la Orquesta Escuela Juvenil de San Telmo y está al frente de los arreglos sinfónicos del espectáculo.

La selección musical partió de los films más conocidos del estudio, pero rápidamente se amplió para incluir otras piezas menos transitadas que enriquecen el recorrido sonoro. Cada tema fue cuidadosamente adaptado para concierto, respetando el espíritu original pero con una impronta propia: hay solos de violín, clarinete y trompeta que agregan matices a las versiones, además de escenas coreografiadas por Flavia Pereda, con vestuarios inspirados en el universo Ghibli. “Trabajé para ser bastante fiel a las originales, pero también buscaba que fueran interpretaciones distintas. Pensé cada arreglo como una unidad, sabiendo que acá cada tema tiene que cerrarse, no dar paso a otra escena como en la película”, explica la directora.
Más allá del cruce entre cine y música, uno de los objetivos del proyecto es acercar a nuevos públicos al formato sinfónico. “Muchos fanáticos quizá nunca escucharon una orquesta en vivo, y otros ya habituados a lo sinfónico encuentran una propuesta distinta. Es un espectáculo para toda la familia, que apela a la emoción y a los recuerdos que se activan con esta música”, señala Ackermann. Ese espíritu inclusivo se refleja también en la recepción: la diversidad del público sorprendió incluso a quienes impulsaron la propuesta.

El armado no fue sencillo. En Argentina, el rol de directora musical excede ampliamente lo artístico: también hay que encargarse de la logística, los seguros, las planillas, la técnica, los atriles, el rider. “El director no solo mueve la batuta, coordina un grupo humano completo. Desde cómo se visten los músicos hasta cómo hacerlos sentir bien para que den lo mejor. La música es disfrute, pero también organización”, sintetiza Ackermann, con una mezcla de convicción y entusiasmo.

Fan declarada del universo Miyazaki, la directora asegura que no podría elegir una película favorita. Las ha visto todas, muchas veces, y ahora las redescubre con su hijo pequeño. “Lo que tienen es que son fantasiosas, pero profundamente humanas. Los sentimientos que atraviesan los personajes son los que vivimos en el día a día. Hay algo muy simple, pero también muy sabio, muy real, y la música ayuda a construir ese mundo”, puntualiza. Esa humanidad, que atraviesa tanto a las películas como a sus melodías, es parte del secreto del encanto duradero de Ghibli.
Las composiciones de Hisaishi, dice Ackermann, son atemporales. Melodías amables, clásicas, que no se agotan con el paso del tiempo. “Podés escucharlas ahora, hace 15 años o dentro de otros 15. No están atadas a una época. Eso también hace que este concierto sea para todos. Queríamos una propuesta mágica, como las películas: que te sumerjas en un mundo de fantasía, pero en este caso a través de la música en vivo”, concluye Ackermann.
El viaje sinfónico del Studio Ghibli
Un homenaje al cine de Hayao Miyazaki y a las composiciones de Joe Hisaishi. Martes 22 y 29 de julio a las 19 en el Auditorio Belgrano, Virrey Loreto 2348.